El cachorro espera que nosotros le guiemos, enseñándole lo que es correcto (premiando) y lo que no lo es (reprendiendo), Para él no existe el bien y el mal (el perro no tiene moral), sólo desea complacernos comportándose como nosotros esperamos.

Por eso, es importante ser constantes y coherentes en su educación, lo contrario puede confundirle y entonces no obtendremos resultados.

Para enseñarle lo que no debe hacer debemos distraerle de su acción a la vez que le decimos ¡NO!.

Poco a poco bastará con decir NO, dar una palmada o mostrarle el bote con monedas para que el pequeño entienda.