Las orejas

El interior de la oreja debe mantenerse siempre limpio, pabellón auricular y conducto auditivo. Con esto prevenimos las tediosas otitis y demás infecciones auriculares.

Al menos una vez al mes debemos limpiar el pabellón auditivo con un algodón impregnado en limpiador auricular. En el mercado hay comercializados unos cuantos y creemos que lo mejor es dejarnos aconsejar por nuestro veterinario, ya que, por su experiencia tiene alguna marca que le parece la más idónea.

Con una pinza especial arrancaremos los pelos que asoman por el conducto auditivo. Esto no duele a "Bob", pero si debe estarse quieto para no lastimarlo. Si el perro se queja puede significar que ya existe infección interior, por lo que tendrá que visitar al veterinario.

Por último echaremos unas gotas de limpiador, a ser posible templado, por el conducto auditivo e le daremos un suave masaje para que penetre bien el producto. Tan pronto como terminemos "Bob" hará el molinillo con sus orejas para expulsar el producto y la suciedad. Nos lo agradecerá, ¡seguro!.

Si tenemos dudas de poder hacerlo nuestro veterinario lo hará y así podremos aprender como se hace.